El jardín que aquí mostramos fue el encargo de una empresa, que querían mejorar la entrada a sus instalaciones, con un reducido presupuesto y con diversos condicionantes de elección de especies.
Un espacio como este proporciona unas condiciones muy determinadas como son una distribución de luz muy determinada, bastante reducida. Al ser un espacio cubierto, el sol no llega nunca a las plantas. La localización es un pueblo de costa y al ser un lugar recogido, nos asegura que la temperatura nunca baja de 0ºC. Estos dos factores, limitaron nuestra elección vegetal a las llamadas plantas de interior.
Las "plantas de interior", en realidad no lo son, todas las plantas son de exterior, simplemente son especies en su mayoría tropicales con muy baja resistencia al frío, y que por su distribución aguantan condiciones de baja insolación (suelen crecer en selvas tropicales cerradas).
Nuestra actuación fue la de recolocar algunas de las piedras existentes, eliminar determinadas plantas que se habían plantado con anterioridad y que no se habían adaptado a este ambiente, y seleccionar especies para distribuirlas en función de sus parámetros de crecimiento.
Fue un diseño de composición a partir de determinados elementos. En muchas ocasiones simplemente un cambio de distribución puede mejorar mucho un jardín. Un buen jardín no implica necesariamente una gran inversión, sino una buena dosis de imaginación y una buena elección de los elementos (sobretodo vegetales) que lo formaran, ya que en una buena elección de especies puede radicar el éxito o el fracaso de un jardín.
Las especies elegidas fueron el Philodendron, Asplenium nidus, Howea forstersiana, Chlorophytum.
Finalmente se puso una base de gravilla (marmolina rosa) de un tono claro. Esta gravilla nos proporcionaba un fondo cálido acorde con el color de las paredes. El color claro aumentó la luminosidad del espacio y proporcionó un buen fondo para realzar el color verde de la vegetación.
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