jueves, 2 de febrero de 2012

De un pequeño jardín a una gran terraza



En el proyecto que presentamos a continuación el cliente quería cambiar el aspecto del jardín de manera bastante radical, estaba cansado del césped y quería una piscina. Así que a partir de sus ideas previas, diseñamos un jardín que se convertía en prácticamente una terraza de grandes dimensiones, pero con las ventajas de un jardín (permitiendo plantar en el suelo, con todas las ventajas que ello comporta para las especies).



A partir de la construcción de la piscina se unificó el espacio que ocupaba una pequeña terraza pavimentada y la zona de césped. El nuevo pavimentado se hizo con madera de IPE, generando una sola plataforma, donde una pérgola de considerables dimensiones ocupaba el espacio donde antes estaba el pavimento y donde se situó la zona de estar, con unos sillones, mesa y sillas de exterior.




En el pasillo estrecho contiguo a la piscina, se proyectó una jardinera, que nos proporcionaba una pared con madera, haciendo el espacio más acogedor y más compacto; con luces empotradas que iluminaban el pasillo.
En esta jardinera se plantaron Lantana montevidensis, una especie que puede crecer sin demasiada tierra y que con el tiempo llegaría a colgar, con una floración de practicamente 8-10 meses en una zona costera.




Las magnolias de invierno, ya preexistentes, se dejaron en el jardín, pero se les dio mucha más importancia de la que antes tenían, ya que la presencia de otra vegetación también de cierta altura restaba importancia a este bello árbol.
Se tomó también la decisión de pintar las paredes de bloque de hormigón de un color gris antracita, cosa que nos proporcionaría un fondo para las magnolias y demás vegetación, y aumentando la unidad estética de todos los elementos del jardín junto con mobiliario y iluminación.




La plantación de Agapanthus africanus nos permitió mantener una vegetación perenne que durante invierno sigue manteniendo una vegetación atractiva, cambiando el punto de interés del pasillo. Mientras que en primavera y verano el foco de atención estaría tanto en la base como en altura, en otoño-invierno este foco se traslada a la superfície con el conjunto Agapanthus, Euonymus (también preexistentes) y bolo de mármol blanco.









La plantación de un Liquidambar en la parte final del jardín permitiría (con el tiempo) contraponer un poco el potencial de atención que la vivienda-pérgola-mobiliario generan en esta distribución.



Uno de los objetivos fue mantener cierta sobriedad en todo su conjunto. En las vallas de separación con vecinos se plantó Trachelospermum jasminoides, una espécie perenne, con una bonita floración en primavera, con el objetivo de acabar teniendo unas paredes verdes y de poco grosor.




Solo se mantuvo un pequeño punto de césped en la entrada, donde las condiciones de insolación y uso eran más adecuadas, y que permitían un mantenimiento más sencillo.


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